La niña lucía increíble, completamente desnuda, luciendo su hermoso y delicado cuerpo. Su cabello caía suavemente sobre sus hombros, haciendo juego con su suave piel iluminada por la luz que entraba por la ventana. Cada curva pedía ser apreciada, era como una obra. Su mirada mezclaba inocencia y audacia, mientras lucía sin vergüenza alguna. Cada movimiento era elegante, como si estuviera bailando para un público invisible, revelando su belleza sin prisas